2 timoteo 4:5
"Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio"
En cuántas ocasiones nos preocupamos demasiado por las cosas que nos rodean, situaciones que sabemos que en poco tiempo, luego de soportar y ser firmes, se resuelven porque Dios es Bueno. Pero más allá de todo esto están los otros, los que no conocen al Señor, quienes lo necesitan aunque no lo saben, quienes sin nuestra ayuda no tienen ninguna esperanza.
Ellos que son quienes verdaderamente sufren porque no hay peor sufrimiento que el que se vive sin la presencia del Señor.
Hoy reflexionemos acerca de esto, dejemos a un lado la autocompasión y las quejas y hagamos obra de evangelista, aquello a lo que fuimos llamados, nuestro verdadero ministerio.
A veces creemos que nuestro ministerio se cumple en el servicio dentro de la iglesia local y cuando logramos que nos encomienden una tarea, nos sentimos conformes (aunque por alguna extraña razón la felicidad tarda en hacerse presente), olvidando que nuestra tarea no está en hacer aquello por lo cual vamos a ser recompensados y ser vistos, sino en tender la mano a quienes están a medio paso del infierno.
Que hoy sea el día en que tú y yo comencemos a vivir la verdadera vida cristiana.
DIOS TE BENDIGA
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