Ayuna de juzgar a otros
y llénate de Cristo que vive en ellos
ayuna de palabras hirientes
y llénate de frases que sanan
ayuna de descontento
y llénate de gratitud
ayuna de enojos
y llénate de paciencia
ayuna de pesimismo
y llénate de optimismo
ayuna de preocupaciones
y llénate de confianza en Dios
ayuna de quejarte
y llénate de asombro por la maravilla del misterio que es la vida
ayuna de las presiones que no cesan
y llénate de una oración que no cesa
ayuna de amargura
y llénate de perdón
ayuna de desaliento
y llénate de esperanza
ayuna de darte importancia a ti mismo
y llénate de compasión por los demás
ayuna de pensamientos de debilidad
y llénate de las promesas que Dios te hizo
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