De Tí depende en muy buen grado inculcar en tus hijos la fe, el amor y el conocimiento de Dios.
Deuteronomio 6:5
Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.
Efesios 5:2
Efesios 5:2
Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
Romanos 5:5
Romanos 5:5
y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Oración por los hijos - 3º Día
Amado Señor Jesús, queridísimo Salvador, Santo amigo y hermano por la eternidad. En este día quiero darte infinitas gracias como siempre por tu tremendo amor para conmigo y mi familia.
Quiero bendecirte, dando gracias por la oportunidad nuevamente de estar a tu lado, en este pequeño espacio, para elevar mi plegaria ente Tí por mi hijo.
Señor Padre Eterno, tu gracia es inmensa, inagotable y plena. No hay nada más maravilloso que pueda hacer en este día que pasar este momento contigo.
Te presento en este momento de oración la vida de mi hijo, aquel ser maravilloso que me has dado, para que lo guardes y lo protejas de todo mal. Señor amado, dame la fuerzza y la capacidad para poner en práctica tu Palabra y poder guiarlo en el amor ágape del Dios Altísimo.
Dame la capacidad de entender aquellas cosas que necesito cambiar para mostrarle un ejemplo válido de amor, comprensión y perdón para con sus semejantes y consigo mismo.
Bendice su entrar y su salir, bendice la obra de sus manos y guía las intenciones de su corazón para que sean justas y rectas y que, si alguna mala raíz de venganza o dolor queda dentro de él, la saques como se quita la maleza del campo para dejar crecer los pastos verdes y floridos de la primavera espiritual.
Me uno amis hermanos y hermanas en esta oración, dejando en tus cálidas y bondadosas manos las vidas de todos los hijos e hijas de quienes eleven esta misma oración.
Guárdales en el cuenco de tu mano, que será lo único que pueda librarlos de las acechanzas del enemigo de sus almas.
Enciende y vivifica en ellos la llama del amor verdadero. Perdona sus faltas y no tomes en cuenta sus errores, antes bién, míralos como a tu hijo pródigo extraviado que regresa a casa.
Bendito seas por siempre. Oro en el Nombre de tu Hijo amado Jesucristo.
Gracias por escucharme.
Amén.
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