(por Marfa Cabrera)
"La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan" Esdras 8:22
Nuestras manos... ¡Cuán importantes son! No emiten sonido, pero cuánto dicen. Cuando no hay palabras para lo que sentimos, podemos decirlo con un apretón de manos. Nos identificamos con el dolor de un amigo, dándole la mano; festejamos el encuentro, saludándonos con las manos. Qué significativo cuando alguien dice: 'Gracias por darme una mano', 'La mano que me diste me sacó del pozo'. No siempre podemos explicar lo que sucede, en algunas ocasiones ni nosotros lo entendemos, pero necesitamos una mano tierna y firme, llena de amor, que brinde un apretón, una caricia que nos levante o nos guíe. Cuando atravesamos una situación difícil, necesitamos la mano del mejor de los amigos: La mano de Jesús. No es tan importante saber lo que sucede o en qué terminará todo ; lo importante es tomar Su mano siempre extendida.
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