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Amado Señor, es una maravillosa bendición tener en este instante la oportunidad de agradecerte el hijo que me diste, carne de mi carne y hueso de mis huesos, tan maravilloso a mi vista como a la tuya.
Te bendigo porque me lo has concedido como un préstamo, como una bendición, como el fruto de algo tan maravilloso como el amor, cualquiera fuere, que me prodiga al verlo sonreír, al verlo correr y jugar.
Te alabo porque me has hecho la mujer más feliz del mundo con solamente un te quiero de sus labios sinceros, sin hipocresías, porque de él aprendo cada día que la vida es simple y sencilla, que no debemos complicarla, que cuando más como un niño seamos más felices estaremos.
Te alabo porque me has hecho madre.
Te agradezco porque en lo profundo de mi ser necesitaba a esta personita llena de amor y de alegría.
Te pido que me ayudes en la tarea de educarlo, de criarlo, pero más que nada, en la tarea de amarlo.
Te pido que me enseñes a sostenerlo en sus angustias, a no menospreciar sus problemas, para mí insignificantes, pero muy importantes para él.
Te ruego que me des la fuerza para trabajar con mis manos y poder suplirle todo lo que le haga falta de manera material, tanto como espiritual.
Ayúdame a madurar a través de este maravilloso trabajo de ser madre.
Dejo en tus manos esta noche su sueño, su descanso, el día que amanece y su nueva jornada, su estudio y todo cuanto haga en las próximas horas.
Aquí estaré mañana nuevamente con una oración velando por su vida.
Gracias en el Nombre de tu Hijo amado Jesucristo.
Amén
Oración por los hijos - 1º Día
Amado Señor, es una maravillosa bendición tener en este instante la oportunidad de agradecerte el hijo que me diste, carne de mi carne y hueso de mis huesos, tan maravilloso a mi vista como a la tuya.Te bendigo porque me lo has concedido como un préstamo, como una bendición, como el fruto de algo tan maravilloso como el amor, cualquiera fuere, que me prodiga al verlo sonreír, al verlo correr y jugar.
Te alabo porque me has hecho la mujer más feliz del mundo con solamente un te quiero de sus labios sinceros, sin hipocresías, porque de él aprendo cada día que la vida es simple y sencilla, que no debemos complicarla, que cuando más como un niño seamos más felices estaremos.
Te alabo porque me has hecho madre.
Te agradezco porque en lo profundo de mi ser necesitaba a esta personita llena de amor y de alegría.
Te pido que me ayudes en la tarea de educarlo, de criarlo, pero más que nada, en la tarea de amarlo.
Te pido que me enseñes a sostenerlo en sus angustias, a no menospreciar sus problemas, para mí insignificantes, pero muy importantes para él.
Te ruego que me des la fuerza para trabajar con mis manos y poder suplirle todo lo que le haga falta de manera material, tanto como espiritual.
Ayúdame a madurar a través de este maravilloso trabajo de ser madre.
Dejo en tus manos esta noche su sueño, su descanso, el día que amanece y su nueva jornada, su estudio y todo cuanto haga en las próximas horas.
Aquí estaré mañana nuevamente con una oración velando por su vida.
Gracias en el Nombre de tu Hijo amado Jesucristo.
Amén
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